"A mi no se me da bien estudiar", "Estudiar no es lo mio"
Esas frases de auto sabotaje, que más que ser verdades son la pala que cavan nuestro pozo sin fondo de desmotivación yo también me las dije en su día.
Hubo un día que yo misma me decía que no valía para estudiar, no me gustaba, no me llamaba ninguna asignatura, no era capaz de aprobar, no podía estar diez minutos sentada intentado "estudiar" sin pensar: "¿Qué estoy haciendo si voy a volver a fracasar?"
¡ERROR!
Tremendo error cometía, en tercero de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) yo no pasaba por el mejor momento de mi vida, por así decirlo era el curso negro de mi adolescencia. De hecho, suspendí todas y cada una de las asignaturas del curso, teniendo que ir a septiembre a recuperarlas. Tras pasarme los tres meses de verano estudiando, aprendiéndome y memorizando los dichosos libros, llegó septiembre y ¡PUM! se me olvidaba todo el temario antes del examen, no era capaz de traspasar mis conocimientos a un papel, fue algo muy, pero que muy frustrante para mi.
Evidentemente repetí curso, decidí cambiarme de centro educativo. En el nuevo centro, los profesores me acogieron de una manera brutal, de hecho una de ella fue la que me hizo abrir los ojos.
Esta docente, vio mi problema, la falla de mi manera de estudiar y no era otra cosa que falta de motivación. Yo siempre he sido alguien que en los exámenes, si esos mismos que no sabía que poner a pesar de haber estudiado, dibujaba, las clases pintaba sin ton ni son las hojas del cuaderno. Para mí era mucho más llamativo eso, que escuchar una charla de un profesor o profesora, que independientemente de lo interesante que me supusiera, yo sabía que no iba a retener absolutamente nada más que palabras inconexas.
Por donde iba: Esta profesora, se dio cuenta de que tengo más memoria fotográfica que auditiva y si ya hablamos de mi pésima comprensión lectora... Apaga el blog y vámonos. Entonces este ser caído del cielo, denominada docente, me dio dos pautas nuevas con las que estudiar, unas que convencionalmente no te suelen dar:
★La primera la utilicé personalmente para literatura e historia, consistía en mientras prestaba atención al rollazo que soltase ese día el profesor, yo iba a recrear esa historia tan aburrida para mi en un folio en forma de monigotes. Es decir, yo cogía el folio de manera horizontal, dibujaba al monigote por ejemplo de un personaje histórico y ponía debajo de el su nombre, de ahí partiría, más monigotes con nombres, dibujos sueltos de elementos (espadas = guerra, Corazón = matrimonio, etc.) y todo esto conectado con flechas tenía en un folio todo la clase que antes se me hacían bola explicado por y para mi.
★La segunda me servía para captar mi propia atención en lo que hacía a la hora de escribir/estudiar. Esta docente me enseño el mundo del ✦lettering✦, de los títulos bonitos, de los mil colores en los apuntes, el tirarte más tiempo pasándolos a limpio que leyéndolos. Por que sí, yo estudiaba escribiendo una y mil veces lo mismo y para colmo poniendo mis apuntes preciosos, los releía y todo.
A día de hoy sigo utilizando la segunda, hasta el punto de que los hago a limpio tanto a mano como en digital y siempre finalizo con un esquema del tema que he reescrito.
Gracias ❤
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